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» » Anecdotas y curiosidades de la Ciencia... Segunda parte


Las mejores anécdotas de la ciencia, los hechos curiosos se presentan en muchas partes, hasta el estudio más serio e incluso más antiguo puede contener algún aspecto divertido que oxigena un poco los acontecimientos y que definitivamente valen la pena mencionar.

Aqui os dejo unas pocas anecdotas mas:

  1. La carga de la fama
  2. El astronomo maldito
  3. El cientifico subestimado
  4. Como evitar preguntas dificiles


1.    La carga de la fama


Para Marie Curie la fama era un aspecto secundario.Siempre que podía intentaba evitar la carga de ser popular. Tanto es así que durante mucho tiempo cuando un desconocido se acercaba a ella y le preguntaba "¿Usted no es Madame Curie?" ella le respondía en tono natural "No, lo siento, se equivoca".

Y no importaba la categoría del admirador. En una ocasión el matrimonio Curie se encontraba cenando en el palacio del Elíseo. En el transcurso de la cena una mujer se acercó a Marie Curie y le dijo:
-"¿Le gustaría que le presentara al rey de Grecia"? y Curie le respondió educada y sincéramente:
-"No veo la utilidad de ello"
Al ver la cara de estupefacción de la señora se dio cuenta que ni si quiera había reconocido que era Madame Loubet, la esposa del presidente. Entonces recapacitó y añadió:

-"..Bueno, pero naturalmente si a ustéd le place..."

En una ocasión enviaron a un periodista a entrevistar a Marie Curie. La encontró en su cabaña de pesca, sentada en la puerta limpiando sus sandalias. Curie no mostró ningún interés por la entrevista, contestando con frases cortas todo el rato. No obstante ante aquella escena de "intimidad" el periodista intentó aprovechar el momento para obtener alguna confidencia de la vida de Curie, sobre su juventud,  forma de trabajo... Pero Curie terminó la entrevista con una frase que se convertiría en uno de sus lemas y que dice mucho de su forma de ver las cosas: "En ciencia debemos interesarnos en las cosas, no en las personas."


2.    El astrónomo maldito

Una de las historias de mala suerte más terribles en la historia de la ciencia se debe al Astrónomo francés Guillaume Le Gentil. 

Guillaume Joseph Hyacinthe Jean-Baptiste Le Gentil de la Galaisière nace en  Coutances, Francia, el 12 de septiembre de 1725, falleciendo en Paris el 22 de octubre de 1792. Fue un astrónomo cuyo nombre es recordado por la mala suerte que tuvo en cuanto a sus tentativas infructuosas de observar el tránsito de Venus en 1761 y 1769, fenómeno astronómico poco frecuente, y que permite determinar con bastante precisión la distancia Tierra- Guillaume Joseph Hyacinthe Jean-Baptiste Le Gentil de la Galaisière se llamaba el señor. Con ese nombre tan complicado no podía sucederle nada bueno.

Este personaje pensó en ingresar en una orden religiosa, pero finalmente se dedicó a la astronomía.
Le Gentil descubrió lo que en nuestros días se conocen como objetos de Messier M32, M36, y M38, así como la nebulosidad en M8, habiendo sido el primero en catalogar esta nebulosa de la constelación del Cisne, a veces llamada Le Gentil 3. Sin embargo, hoy día es sobre todo conocido y recordado4 por su infortunio cuando se dispuso a observar el Tránsito de Venus en 1761, en Pondichery, un dominio francés en India.

Una de las principales preocupaciones de los astrónomos de la época (segunda mitad del siglo XVIII) era determinar la distancia entre la tierra y el sol. Para ello recurrieron a observaciones del tránsito de Venus por el Sol, realizados desde distintos lugares de la Tierra. Edmond Halley fue el promotor de la idea y organizó un proyecto a nivel internacional en el que más de una centena de astrónomos iban a colaborar mediante sus mediciones del tránsito de Venus. El tránsito de venus se da en pares separados cada 8 años pero el problema era que entre par y par de tránsitos pasa más de un siglo. Le Gentil fue uno de estos astrónomos que participó en el proyecto y para ello decidió trasladarse a la isla de Pondicherry (Puduchery) que era colonia francesa de la India ya que pensaba que era un lugar ideal para observar.  

Parte de Francia en Marzo de 1760 y llega a Isla Mauricio en Julio, no sin antes luchar contra una peste y una invasión de ratas por el camino. En Mauricio se entera que ha estallado la guerra entre Francia e Inglaterra y piensa que intentar alcanzar Pondicherry directamente es peligroso, así que planea un rodeo embarcándose hacia la costa Coromandel en la India para luego ir desde allí a Pondicherry. Esto sucede en Marzo de 1761. Sin embargo cuando está a punto de llegar se entera que Pondicherry ha sido tomada por los británicos y la fragata regresa para Mauricio. Así pues el día del tránsito (6 de Junio de 1761) llegó y pilla a Le Gentil en plena travesía, por lo que no puede tomar ninguna medición ya que le es imposible hacerla en un barco bamboleante. 

Ya que había llegado tan lejos Le Gentil decide quedarse y esperar el siguiente tránsito, que ocurriría en 8 años. Sería su última oportunidad pues el siguiente no ocurriría en menos de un siglo. 

Mientras esperaba Le Gentil pasa tiempo cartografiando la costa de Madagascar. Entonces decide que el siguiente tránsito lo observará desde Manila. Sin embargo allí sufre la incomprensión de las autoridades españolas y es forzado a regresar a Pondicherry, que había sido recuperado por Francia en 1763 en virtud de un tratado de paz. Llega a Pondicherry en Marzo de 1768 y allí construye un pequeño observatorio y espera pacientemente a que llegue el día del tránsito, el 4 de Junio de 1769. Llega la víspera con un tiempo excepcional que preludia una magnífica observación, pero desafortunadamente al día siguiente hay tormenta y Le Gentil no puede observar absolutamente nada.
Nueve años de su vida malgastados. Presa de la desesperación Le Gentil se vuelve loco, llega incluso a quemar su pequeño observatorio, pero al final recupera la cordura y toma la determinación de regresar a Francia. 

Desconsolado se embarca para Francia, pero no será un viaje fácil. Durante el trayecto se declara una epidemia de disentería en el barco, lo cual retrasa su llegada a Francia. Por si fuera poco una tremenda tormenta azota el barco y Le Gentil acaba saliendo por la borda y acaba en la isla de Rèunión. Allí no le quedó más remedio que esperar hasta que por fin un barco español pudo llevarlo hasta Francia. Llegó en Octubre de 1771.

Al fin en casa los problemas para Le Gentil estaban lejos de acabar. Tras su larga ausencia había sido dado por muerto de forma oficial, su mujer se había vuelto a casar con un amigo de la juventud, su puesto en la Real Academia de Ciencias se le había dado a otra persona, y encima le salieron multitud de herederos que esquilmaron completamente su patrimonio dejándole sin blanca.  

Tras un largo litigio y la intervención del Rey pudo recuperar su puesto en la Real Academia de Ciencias y se volvió a casar con una joven de una familia que conocía de larga data, y con ella tuvo una niña, viviendo en familia una veintena de años, alojado en el propio Observatorio Real de París.

Y eso es todo… creo.
    3.    El científico subestimado

Josiah Willard Gibbs (1839-1903) químico, físico y matemático estadounidense.Fue profesor en la universidad de Yale, y hoy en día todos reconocen la genialidad de este científico cuyas aportaciones a la termodinámica fueron determinantes. Gibbs además fue uno de los pioneros junto con Heavyside en la introducción del cálculo vectorial.
No obstante en Yale lo consideraban poco más que un paria. Para empezar cuando le dieron el trabajo de profesor en el contrato inicial figuraba una cláusula que decía "Sin salario". No fue hasta que la universidad Johns Hopkins le ofreció un puesto con un salario bastante atractivo hasta que Yale reaccionó y le ofreció a Gibbs un salario de tan solo dos tercios de lo que ofreciá la Johns Hopkins. Un colega persuadió a Gibbs para que se quedase en Yale y Gibbs así lo hizo. 

Pero eso no cambió la forma en que Yale subestimaba a Gibbs. Por ejemplo una vez durante una visita del Rector de Yale a la universidad de Cambridge éste le pregunto al famoso  James Clerk Maxwell si le podía dar alguna indicación sobre que científico promocionar en Yale. Maxwell no se lo pensó dos veces y le dijo:

-"Por supuesto a Gibbs". El rector pensó que se refería a un tal Alan Gibbs, un tipo de la universidad que al parecer estaba mejor considerado socialmente, así que le respondió:

-"Supongo que se refiere a Alan Gibbs"
-"No, no, me refiero a Willard Gibbs" le respondió Maxwell. La reacción del Rector fue de sorpresa.

-"¿Cómo? ¿Willard Gibbs? Pero si ese es un Don Nadie. Sólo pasa el tiempo en su despacho escribiendo..."
 Gibbs tampoco era muy reconocido en su país, pero afortunadamente fuera de Estados Unidos la comunidad científica lo tenía en gran estima. Sobre todo en Alemania. Incluso Walther Nernst llegó a pagar para un monumento de marmol en honor a Gibbs y eso que jamás llegó a conocerlo en persona.

 El trabajo de Gibbs y el tratado que publicó eran motivo suficiente para dicha admiración.

  4.    Como evitar preguntas dificiles


Niels Bohr.jpg Niels Henrik David Bohr nació en Copenhague el 7 de octubre de 1885 falleciendo el 18 de noviembre de 1962) fue un físico danés que realizó contribuciones fundamentales para la comprensión de la estructura del átomo y la mecánica cuántica.

Bohr desarrolló un curioso sistema para zafarse de preguntas difíciles en los coloquios. Lo hacia de la siguiente manera:

·     Cuando se sentía arrinconado por alguien, sacaba su caja de cerillas con el pretexto de volver a encender su pipa y "accidentalmente" dejaba caer todas las cerillas al suelo. Tras tomarse su tiempo en recoger todo el contenido, continuaba con su exposición sin que nadie (y menos aún el que había preguntado) pudiera recordar si tenía lo que decía algo que ver o no con la pregunta realizada.


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